La noticia, escueta, llenó las planas de los diarios del mundo: 12 de marzo de 2010, murió el novelista español Miguel Delibes.
Tenía 89 años y llegó a su fin su batalla contra el cáncer.
Ahora nos queda su recuerdo y sus obras como "Los santos inocentes" o "Cinco horas con Mario".Miguel Delibes fue -es- un aclamado escritor español. El tema principal de sus obras es la vida rural y los grandes conflictos existenciales de sus personajes. Dejó de existir en Valladolid, la ciudad que lo vio nacer, donde recibe el último adiós de su pueblo que lo amó entrañablemente.
Era miembro de la Real Academia de la Lengua, el segundo miembro más antiguo de la Academia después de Martín de Riquer, titular de la silla "H" desde 1965, pero según se ha publicado, no comenzó a trabajar como escritor o redactor sino como caricaturista para un diario de provincias.
Luego fue editor y comenzó a escribir las novelas que lo llevaron a obtener el máximo galardón en lengua española que es el Premio Cervantes de Literatura, en 1993, además de otros premios como el Príncipe de Asturias de las Letras.
En sus últimos años de vida Delibes vivía bastante recluido aunque como dijo en una entrevista que fue publicada en 1986, "A mí me agradan los espacios abiertos. Me gusta la naturaleza, y también me alegra conversar con mis semejantes uno a uno, dos a dos, o tres a tres, pero no más", reafirmando su tendencia a evitar las multitudes.
Pero Delibes fue un hombre moderno, y lo demostró en sus últimos años con su preocupación por el ambiente y la ecología. Al aceptar el Premio Cervantes, nos regaló una reflexión sobre su carrera como escritor: pensaba que la vida de los novelistas pasa rápido, porque "invierten mucho tiempo viviendo las vidas de sus personajes".
Delibes fue realmente un maestro de nuestro idioma; se recuerdan unas palabras que dijo en diciembre del año pasado, cuando se presentó la "Nueva Gramática de la lengua española": "Queridos amigos. Lamento no poder asistir a la presentación de la Nueva Gramática, pero mi salud no tan boyante como yo desearía y los años me lo impiden. Sin embargo, me siento orgulloso del trabajo ímprobo de mis compañeros y de que tantos de los textos de mis obras figuren como ejemplo del habla de Castilla".
Estos días serán seguramente de homenajes y recuerdos y habrá muchas anécdotas, mientras las noticias periodísticas se cuentan de a miles en los periódicos, sitios web, foros y blogs en Internet. Sin embargo nadie creerá que se ha ido, pues cada vez que cualquiera relea un libro de Miguel Delibes, cada vez que alguien lo lea por primera vez, será como si hubiese empezado a escribir de nuevo.
